Durante nuestro tiempo en Palenque, Malagana y Bocachica, pudimos ver la fidelidad y cuidado de Dios en todo momento, y su bendición a través de personas maravillosas que tuvimos la oportunidad de conocer, los niños siempre alegran el alma y alientan el espíritu y eso fue lo que más nos dio aliento durante nuestro tiempo allí.